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La Legislatura repudió las acciones de la República de Azerbayán sobre la República de Artsaj

El Cuerpo Legislativo expresó su rechazo sobre el acuerdo ‘Alto el fuego’, el bloqueo del Corredor de Lachín y la reanudación de las hostilidades, que genera un éxodo forzado y condiciones inhumanas hacia el pueblo de Armenia.

<h3>El legislador, Hernán Reyes.</h3>
<h3>El promotor y
representante legal, Ignacio Meyoyan.</h3>
<h3>Placa.</h3>
<h3>Salón Dorado.</h3>
<h3>Wl Doctor y Master en
Historia por la State University of New York, Juan Pablo Artinian.</h3>
<h3>La legisladora, Claudia Neira.</h3>
<h3>La diputada mandato cumplido, Vanesa Gagliardi.</h3>
<h3>El diputado, Gustavo Mola.</h3>
<h3>Recepción</h3>
<h3>Placas</h3>

La Legislatura de la Ciudad, a través de su Cuerpo Legislativo, manifestó “un profundo repudio y una gran preocupación’ a las acciones de la República de Azerbayán sobre las hostilidades sobre la República de Artsaj. Y solicitó a las organizaciones y autoridades nacionales e internacionales que intercedan, con el objetivo de evitar grandes violaciones a los derechos humanos y la generación de un nuevo genocidio.

El acto se llevó a cabo en el Salón Dorado del Palacio Legislativo y contó con la presencia de los legisladores Hernán Reyes, Rebeca Fleitas, Claudia Neira, Gustavo Mola; y las diputadas mandato cumplido, Vanesa Gagliardi y Carolina Estebarena. En este sentido, los distintos bloques entregaron distintas placas.

Además estuvieron el Doctor y Master en Historia por la State University of New York, Juan Pablo Artinian; el promotor y representante legal, Ignacio Meyoyan; y la Tercera Secretaria de la Embajada de Armenia, Ruzanna Azroyan, entre otras personalidades.

En las alocuciones, Reyes recordó cómo surgió la iniciativa y su sanción: “El proceso de sanción de esta declaración fue un aprendizaje para todos, en la búsqueda de consensos y acuerdos. Quiero poner en valor el trabajo de los colegas de todos los bloques porque es difícil llegar a niveles de tan alto consenso en la Legislatura”.

Luego, Fleitas resaltó la importancia de incorporar temas de política internacional. Y sumó: “Este es un acto profundo que muestra cuestiones esenciales que hacen a la condición humana, que nosotros fijemos puntos de partidas innegociables como la libertad y que fijemos una posición como seres humanos en una cuestión tan importante como el genocidio armenio”.

En tanto que Neira subrayó en la escucha y el acompañamiento “de aquellas comunidades que son parte de la construcción de esta ciudad”. Mientras que Mola enfatizó en los consensos y la participación de los distintos bloques, que representan a los votantes de la ciudad. Y Gagliardi argumentó: “Nadie puede seguir de largo después de ver las imágenes y las cosas que están pasando en Artsaj”.

Por su parte, Artinian destacó que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires alberga la principal comunidad armenia del mundo hispanoparlante: “La colectividad armenia encontró en esta ciudad el lugar para levantar sus escuelas, iglesias e instituciones. Los armenios tenemos un enorme agradecimiento al suelo que permitió a nuestros abuelos desarrollarse, luego de muchos sacrificios, arduo trabajo y espíritu emprendedor”.

Por último, Meyoyan relató el nacimiento del proyecto de ley: “El objetivo era hacer algo por alguien y para alguien, mi ADN armenio respondió a mi necesidad de ayudar a la comunidad armenia”. Y agradeció al Cuerpo Legislativo por la declaración.

El 19 y 20 de septiembre de 2023, la República de Azerbaiyán inició un bombardeo a gran escala contra la población civil de origen armenio de Nagorno Karabaj, que hasta ese momento contaba con 120.000 habitantes.

Los bombardeos alcanzaron las principales ciudades destruyendo infraestructuras civiles y dañando gravemente zonas rurales, con la intención de debilitar a la autoproclamada República de Artsaj. En estas circunstancias, la población se vio forzada a emprender una evacuación masiva hacia la ciudad capital de Stepanakert y sus alrededores, donde los habitantes permanecían sin energía eléctrica y bajo tierra, en refugios antiaéreos.

Para evitar un mal mayor, las autoridades de la República de Artsaj acordaron con las de Azerbaiyán el desarme definitivo de su ejército de defensa con el objetivo de detener los ataques belicistas. Bajo estas condiciones, la población se encontró en grave estado de indefensión y temiendo una inminente vulneración de los derechos humanos, optó por la única opción viable, escapar hacia el territorio soberano de Armenia.

La comunidad internacional también se ha expresado respecto al dramático escenario. La ONU ha procedido a atender las necesidades de la población a través del envío de suministros sanitarios de la OMS y asistencia alimentaria por parte del Programa Mundial de Alimentos;  el Comisionado para el Manejo de Crisis de la Unión Europea mantuvo conversaciones con Armenia para el envío de asistencia;  Austria, Alemania, Lituania, Noruega, Polonia, Rumania y Suecia suministraron equipamiento médico: y Bélgica, Bulgaria, Francia -en apoyo con el ayuntamiento de París-, Italia, Luxemburgo, España y Suecia ofrecieron asistencia médica para los heridos en el éxodo. La República Islámica de Irán también expresó la voluntad de enviar ayuda humanitaria.

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