La Legislatura declaró de Interés al disco “Tangos Bajos” y el libro “La descolonización de la criminología en América”
La obra musical de Alejandro Daniel Melingo fue destacada por su valioso aporte a la renovación y proyección internacional del tango, mientras que la distinción del libro recalca un respaldo a las ideas que fomentan el pensamiento crítico, la equidad y la justicia.
La Legislatura de la Ciudad declaró de Interés Cultural al álbum “Tangos Bajos”, de Alejandro Daniel Melingo. El acto tuvo lugar en el Salón San Martín y estuvo encabezado por el legislador y autor del proyecto, Juan Pablo O’Dezaille.
Luego de dar la bienvenida a la Legislatura, O’Dezaille señaló: “Personalmente adoro la obra de Daniel, es un poeta urbano en sus mejores características”. Luego calificó al disco como “una obra monumental”, que cuenta con mucha creatividad y matices. Y concluyó: “Esto tiene que ver con homenajearlo y reconocerlo a él como parte de nuestra identidad y de nuestra historia, de esta Ciudad de Buenos Aires tan querida por nosotros y de la música popular argentina”.
En el año 1998, el músico, autor y compositor argentino, Alejandro Daniel Melingo lanzó el álbum Tangos Bajos, una obra fundamental dentro del tango contemporáneo, editada por el sello WASKA RECORDS y distribuido por DBN (Distribuidora Belgrano Norte). Este álbum marcó el inicio de tres trilogías que redefinió el sonido y el espíritu del tango a fines del siglo XX y principios del XXI. Con Tangos Bajos, Melingo logró unir la poesía urbana con el espíritu arrabalero, la herencia lunfarda con los lenguajes del rock y la música experimental.
Daniel Melingo, ex integrante de bandas icónicas como Los Abuelos de la Nada y Los Twist, emprendió a mediados de los años noventa una carrera solista orientada al tango, desde una perspectiva novedosa y original, cargada de dramatismo, ironía y profundidad lírica. Tangos Bajos encarna ese giro: una grabación que dialoga con nuestra tradición vernácula sin caer en la nostalgia. Que evoca a personajes marginales, nocturnos y trágicos, con una estética única, tan cercana al cine de Leonardo Favio como al universo literario de Roberto Arlt.
Declaración
Esta semana, también se hizo entrega de los diplomas de la declaración de interés para la Comunicación Social del libro “La descolonización de la criminología en América”. El diputado Vitale reconoció a los autores como “Ídolos de mi etapa de formación en la Facultad, porque algunos profesores son ídolos de los alumnos, y ustedes está allí. Y es un libro increíble. Por eso celebro el libro, celebro los autores y celebro este encuentro porque celebro el pensamiento crítico”.
Rodrigo Codino agradeció a los diputados que votaron el proyecto y también a los que no lo votaron y advirtió: “Esperamos que el concepto de descolonizar sea aplicado a cualquier tipo de colonialismo”. Por su parte, Alejandro Alagia, recordó que “el origen de este libro es la insatisfacción por los contenidos que nos formaron en nuestra disciplina. Todavía algunos creen que venimos de una tradición de criminología y derecho penal europeos”.
Alejandro Slokar, Juez de la Cámara Federal de Casación Penal, dijo estar agradecido de “acompañar este hecho cultural que saca de los laboratorios este libro, una obra que parte de la realidad, que es superior a la idea. Reconoce la idea del castigo doble, el hambre y la represión. Es un libro irreverente, que rompe todos los cánones, que no cae en la trampa del pensamiento oficial”.
Los autores, Alejandro Alagia y Rodrigo Codino, no solo son prestigiosos abogados académicos y docentes, sino que también son considerados destacados doctrinarios en el estudio de la criminología. Esta obra propone una revisión profunda de la criminología tradicional, cuestionando los modelos eurocéntricos y la “implantación” que han querido hacer de los mismos históricamente en el continente. Los cuales han moldeado las políticas penales y el aparato judicial en América Latina.
A través de una mirada interdisciplinaria que entrelaza derecho, sociología, historia, filosofía y comunicación, los autores destacan el papel central que tienen los medios de comunicación, entre otros factores, en la construcción de imaginarios punitivos, y las políticas penales que propician la reproducción y la legitimación de determinados discursos que tienen como fin la criminalización selectiva, particularmente hacia los sectores más oprimidos, postergados e históricamente más perseguidos.
